sábado, 28 de noviembre de 2009

La sombra misteriosa. Continuacion

- Mi nombre es: Yuki.
- Simpático nombre, dime ¿de qué mundo vienes tú?, le pregunté.
- Es muy inmenso. Mi patria es el imponente océano, ahí vivo con mi familia, dijo ella.
- ¿Es muy grande tu familia?, volví a preguntar.
- Antes, cuando nadie nos atacaba éramos muchos, pero ahora somos menos, contestó.
- ¿Por qué razón ahora son menos? le pregunté.
- Los culpables son muchos: La contaminación ambiental, las persecuciones que sufrimos, las guerras, el cambio climático. Todo lo malo que hacen los seres humanos está causando nuestras muertes, me contestó.
- Entonces le pregunté: ¿Todos los humanos son culpables?
- Sí, todos, respondió.
- Te equivocas, porque yo nunca he dañado a los seres como tú y supongo que hay gente que tampoco lo ha hecho, le dije.
- Existe el grupo que nos daña directamente (con sus barcos derramando productos nocivos en el mar, con sus armas nucleares realizando pruebas en los océanos, con sus manos y bocas, casándonos y devorándonos, y con su insensibilidad en general). El otro grupo son los que nos dañan indirectamente (porque no intervienen en nuestra defensa, no luchan por conservarnos y nos comen de vez en cuando).
- Tienes toda la razón. Es mucho el daño que les estamos causando. A partir de hoy empezaré a concienciar a la gente para que detengan la destrucción, le dije.
- Si tú nos ayudas, te convertirás en el humano amigo de Yuki. Hablaré muy bien de ti cuando este con mi familia.
- Y yo hablaré muy bien de ti, y de todos los seres de la tierra. Fundaré organizaciones mundiales para la protección de la fauna y la flora. Le pediré a los humanos que no sean egoístas y permitan la existencia de los demás seres vivos, le dije.
- El problema de los humanos es que se creen los dueños del planeta. Han olvidado que nos pertenece a todos. Con sus acciones acabarán con nuestra existencia e incluso con la de ustedes mismos, me dijo.
- Es cierto, pero lucharé para evitarlo,por ustedes (unas criaturas indefensas) y por mis hijos (para que vivan en un planeta limpio), le dije.
- Gracias amigo, me contestó.
- Gracias te doy yo. Me has enseñado mucho, incluso un nuevo lenguaje. Un lenguaje que no necesita palabras porque proviene del corazón, y de ahí, significa que es el amor el lenguaje para comunicarnos con todos los seres de la tierra, le dije.
- Me alegra que lo hayas descubierto amigo. Ahora sé que le enseñarás el amor al resto de la gente. Quiero pedirte un favor antes de marcharme: Cuida a mis hijos que quedan desprotegidos y no olvides cumplir tus promesas de ayudarnos, me dijo ella.
- No te preocupes querida Yuki, yo cuidaré muy bien a estos huevos que dejaste enterrados en la arena. Que te vaya muy bien en tu viaje. Adiós, le dije despidiéndome.
- Adiós amigo, dijo antes de irse.
Yuki se sumergió en el agua y desapareció de mi vista. Un minuto después empecé a caminar tratando de asimilar el extraordinario encuentro. Alcé la vista y mi sorpresa fue mayor a la anterior: Unas extrañas figuras venían corriendo directamente hacia mi. Eran: Un río, un ave, un árbol, un pez, un tigre, un lago...todos nos piden ayuda, ninguno quiere desaparecer. Seamos sus protectores.

1 comentario:

  1. Guau. Me gusta tu blog. Es uno de los mejores que he leído. Creo que tienes un futuro en las medios masivos, hombre.

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